Esto no representó nada para él, quien desde la distancia logró hacer llegar una amenaza a Meghan. La policía investigó el caso y logró averiguar que Leon Jacob HABÍA CONTACTADO A UN ASESINO A SUELDO PARA MATAR A MEGHAN (el asesino era en realidad un ex militar que colaboró con la policía en la investigación para proteger a Meghan). El móvil de Leon Jacob, era impedir que Meghan testificara contra él, lo que podría causar un daño severo a su carrera médica. Al enterarse de esto, los detectives a cargo del caso urdieron un plan: FINGIR QUE EL ASESINO HABÍA RAPTADO A MEGHAN, para que Jacob pensara que la muerte de la mujer era ya un hecho.
Con este propósito, los detectives llevaron a Meghan a una bodega abandonada, en donde ella aceptó posar para unas fotografías, en las que aparece amordazada con cinta plateada y con sus muñecas y tobillos sujetos con cinchos de plástico, tal y como si estuviera secuestrada. Finalmente, Leon Jacob fue arrestado y en marzo de 2018, fue sentenciado a cadena perpetua por planear tanto el asesinato de Meghan, como el de otra posible víctima. Al testificar sobre el caso, Meghan habló de las fotografías en las que aparece amordazada:
"I sat in a chair in a warehouse and they zip-tied my hands and my feet and put duct tape around my mouth to make me look as if I had been kidnapped".
En su testimonio, el cual puede ser visto íntegramente en Youtube, Meghan refiere que al momento de posar para las fotos, estaba muy alterada y llorando. Para hacer creíble la escena del falso secuestro, los detectives aconsejaron a Meghan actuar como si en verdad su vida estuviese en peligro en esos instantes. El resultado sin duda fue convincente y contribuyó para que Leon Jacob fuera aprehendido. Una historia real y única, que nos confirma que en muchas ocasiones, la ficción es superada por los hechos reales y que nos ha permitido conocer a una DIOSA AMORDAZADA no de la pantalla, sino de la vida real.